Don Diego Hurtado de Mendoza (1503-1575) fue hombre renacentista – habló cuatro lenguas, fue un diplomático, militar y excelente poeta. Hay mucha gente que atribuye la paternidad del Lazarillo de Tormes a Hurtado de Mendoza pero no hay evidencia concreto. También, recibe crédito para la “Cronica de las Guerras de Granada” pero hay los escolares que no están de acuerdo. Sin embargo, escribió muchos sonetos cortos, canciones y obras de prosa en un estilo a veces en línea con el estilo popular del Renacimiento y a veces muy más su propio estilo. Doña Concepción Bermejo Jiménez, en su tesis doctoral se llama “Obra Lírica de Diego Hurtado de Mendoza Edición y Estudio Literario”, analiza su estilo individual. Dice,
“La aportación de la obra de Mendoza hacia un entendimiento y compresión general de nuestro Renacimiento estriba, a nuestro parecer y entre otras apreciaciones, en que, a diferencia de un Garcilaso, su lírica no constituye un bloque homogéneo, compacto…ofrece un valor añadido: el de vertebrar las características que identifican nuestro peculiar Renacimiento.”
Hurtado de Mendoza usó un estilo de poesía burlesca. En su libro Siglos de Oro: Renacimiento, Francisco López Estrada da una lista de características de la poesía burlesca. Incluye:
1. La desmitificación de los dioses grecolatinos en general (Amor, Venus, Diana o todo el Olimpo)
2. La desmitificación de ideas renacentistas sobre filosofía, tópicos petrarquistas y su lenguaje, la amada o la fidelidad en el amor…o sobre los agüeros y el destino
3. Defensa o alabanza de objetos, animales o seres tradicionalmente vejados: se cantan las alabanzas de la zanahoria, los cuernos, la cola, la mujer necia o la pulga.
Es un estilo bastante abstracto en que muchas veces, no da un nombre a un objeto o al sujeto de sus poemas pero crea un dibujo, una imagen en la mente del lector, muy especifico. Otra característica de la poesía burlesca es que usa chistes y anécdotas en verso:
Soneto II
Como el triste que a muerte es condenado
gran tiempo ha y lo sabe y se consuela,
que el uso de vivir siempre en penado
le trae a que no sienta ni se duela,
si le hacen creer que es perdonado
y morir cuando menos se recela,
la congoja y dolor siente doblado,
y más el sobresalto lo desvela;
ansí yo, que en miserias hice callo,
si alguna breve gloria me fue dada,
presto me vi sin ella y olvidado.
Amor lo dio y Amor pudo quitallo,
la vida congojosa toda es nada,
y ríese la muerte del cuidado.
Su estilo fue al contrario del estilo renacentista y “significa para nosotros una clara síntesis individualizado de la propia naturaleza y carácter que representa nuestro XVI” (Bermejo Jimenez).
La idea de la variedad como el vertebrar de la poesía es una comparación muy interesante.
ReplyDeleteMe gusta tu comentario que Mendoza crea un dibujo en la mente del lector porque esto es exactamente como siento cuando leo "Loa a la zanahoria"
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